lunes, 22 de febrero de 2010

Reclaman inclusión educativa de calidad para discapacitados

Ironía. Era la clase de Educación Cívica y la profesora fue la primera en pisotear sus derechos. Pero Zilene Tarazona Piminchumo, de solo 15 años, entonces, le dio la lección de su vida: Todos tenemos los mismos derechos, aunque seamos diferentes.

Cuando tenía un año y medio, Zilene quedó sorda, tras una meningitis. Desde entonces, su familia, compuesta por su mamá, Carmen, y los dos Víctor Hugo, padre y hermano mayor, ha hecho de todo para que ella crezca y sueñe como cualquier chica de su edad (16).

Si tenían que pararse de cabeza para que ella entendiera lo que querían decirle, lo hacían.

La vida no fue fácil. Ella pasó por colegios privados modestos, donde se empeñaron en que aprendiera a comunicarse oralmente, con resultados igual de modestos, pese a su inteligencia superior.

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